sábado, 4 de marzo de 2017

Mis expectativas

Soy profesora de Educación Secundaria y en la actualidad doy clase a alumnos de 1º, 3º y 4º ESO; sin embargo, a lo largo de mi trayectoria docente también he dado 2º ESO, Compensatoria, Bachillerato, la asignatura de Teatro y la de Literatura universal.
Hace diez años que comencé mi andadura en el terreno de la enseñanza y en aquel momento raro era el centro educativo que disponía de pizarras digitales en las aulas, como mucho estaba dotado de alguna clase con cañón, además de la sala de ordenadores a la que no era tan fácil acceder ya que había que apuntarse en un cuadrante y si había suerte y estaba libre la hora solicitada... ¡Suerte que tenías!
En la actualidad, lo normal es que los centros dispongan de varias pizarras digitales y en la mayoría de ellos todas las aulas cuentan con cañón, e incluso los hay con ordenadores en las propias clases; vemos, pues, cómo las TIC han ido cobrando especial importancia en el terreno educativo por lo que el aprendizaje memorístico ya no es suficiente...Este tipo de aprendizaje debe ser complementado por uno centrado más en el desarrollo de las competencias básicas, es decir, en uno que ayude a nuestros alumnos a desarrollar  sus destrezas y habilidades. Para ello, es necesaria una metodología diferente, es necesaria una metodología basada en modelos activos de aprendizaje (aprendizaje por proyectos, aprendizaje por descubrimiento...). Hace unos años empecé a interesarme por estos tipos de aprendizaje e incluso llegué a hacer un curso sobre aprendizaje cooperativo.
Este nuevo tipo de aprendizaje hace que necesitemos una evaluación acorde a él y esa es la razón que me ha llevado a estar en "Evaluar para aprender". La metáfora de Robert Stake sobre el cocinero que prueba la sopa cuando la está elaborando y el cliente que se la toma, hace que nos demos cuenta, a la perfección, de la diferencia entre la evaluación formativa y la sumativa. Se hacen necesarias unas herramientas que nos permitan hacer un seguimiento de los procesos de aprendizaje dado que la evaluación centrada en el aprendizaje se realiza al mismo tiempo que el propio aprendizaje. Estas herramientas, sin duda imprescindibles para el profesor, pero quizá aún más para los estudiantes, son las que espero conocer en "Evaluar para aprender" con el fin de utilizarlas en mi día a día y así mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, proceso que requiere de la colaboración de los alumnos con el profesor, e incluso de los propios alumnos entre sí; esta colaboración se hace imprescindible para valorar qué dificultades han surgido a la hora de abordar cualquier reto y qué nuevos caminos se pueden encontrar para solucionarlas (de este modo los alumnos tienen la oportunidad de reflexionar sobre su aprendizaje y de poderlo regular).









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